Prioridades: Entre ellos, las violaciones de las reglas de prioridad son las más comunes en las rotondas, y representan una de cada cinco, la norma principal dicta que los vehículos que circulan por una rotonda tienen preferencia sobre los vehículos que ingresan (siempre que las señales -semáforos, marcas viales- o los agentes no hayan ordenado lo contrario).

Por tanto, entrar en un espacio circular sin respetar el derecho de paso de los demás conductores puede dar lugar a frenadas bruscas, adelantamientos e incluso colisiones entre vehículos.

Asimismo, salirse de una rotonda por el carril interior y cruzar por delante de otros vehículos puede tener graves consecuencias: «Esta es probablemente la maniobra más peligrosa que un conductor puede realizar dentro de una rotonda. Las maniobras ilegales, combinadas con exceso de velocidad y colisiones inclinadas, pueden comprometer la estabilidad e incluso provocar el vuelco de algunos vehículos relacionados», explican en el área de formación de conductores de la DGT. Si la conducción temeraria pone en riesgo la vida de una o varias personas, puede incluso ser considerada un delito y una falta sancionable con pena de prisión.

Corriendo a toda velocidad: El exceso de velocidad en estas rotondas también es responsable de muchos accidentes: el 8% de los conductores implicados en rotondas interurbanas cometieron exceso de velocidad.

Es bien sabido que reducir y ajustar la velocidad es una precaución básica al acercarse a una rotonda: «Estamos en un tramo de carretera que no es apto para circular a alta velocidad. El exceso de velocidad en una rotonda impide que otros vehículos entren y cambien de carril, lo que obliga a invadir múltiples carriles para controlar los vehículos, y aumentar el riesgo y la gravedad de los accidentes. Y el riesgo de peatones que puedan cruzar la calzada en la salida de la rotonda».

Cambio de carril: Muchas infracciones comunes en las rotondas ocurren mientras se conduce dentro de ellas: infracciones de carril, cambiar de carril sin usar indicadores, respetar prioridades o distancias seguras. Las infracciones también pueden complicar la conducción de otros conductores y provocar muchos frenazos no deseados y kilometraje entre vehículos. «Utilizar los carriles dentro de la rotonda es como en cualquier otro segmento de la carretera. Ocuparemos el carril derecho, fuera de la ciudad, que es mejor para nuestro destino en el centro. Siempre cambiaremos de carril siguiendo dos reglas básicas: respetar lo que se ha priorizado. Los que circulan en él y señalan maniobras con antelación para no sorprender al resto de conductores”, subrayan en la formación de conductores de la DGT.

Finalmente, en las rotondas, debemos prestar la máxima atención a los usuarios vulnerables, como ciclistas y motociclistas: respetar sus prioridades en las salidas, entradas y cambios de carril, y mantener la distancia adecuada, ya que son más difíciles de alcanzar para los usuarios. Detección y circulación más vulnerable.